You're falling, you're screaming, you're stuck in the same old nightmare.
He's lying, you're crying. There's nothing left to salvage.



miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sometimes it lasts in love, but sometimes it hurts instead


Estoy harta de que la gente se pase mis sentimientos por el forro. El hecho de que penseis que soy sólo un cuerpo, revienta. No entiendo como sin gustarme a mi, puede hacerlo a vosotros. Y hablo en plural, porque los disgustos nunca vienen solos.
Debería aprender a cerrar la boca, o por lo menos a no abrir el corazón.
Sé que fue todo precioso, y lo sé porque desde hace cinco meses no he dejado de soñar con ello. Un año. Un jodido año desde que conocí al chico más importante de mi vida. desde que por casualidad, y más tontería que otra cosa, me enamoré de él.
Comentarios sobre la distancia que te abren, te rompen y salen como si nada. Supongo que lo superaría si no tuviera recaídas cada día festivo.
Supongo, también, que centrarme en él es tontería. Os aseguro que no lo hago, o por lo menos, lo intento. Por no fallarme a mi msima, y en cierta medida (desconozco cuál) por no fallar a alguien que me importa más de lo que pensaba.
Segundas partes nunca fueron buenas. Lo sé, sería la tercera.
Estoy harta de que me traten como moneda de cambio. Lo siento, si quieres comprar algo, primero entra en la tienda, no rompas los cristales.
¿Y quereis saber qué? A ninguno de los dos le importo. Duele. Dramaticamente uno más que otro. Extremistamente, por saber que acabaríamos muertos. Ahogados por orgullo, y sobre todo, por mi profunda gilipollez. POr buscar en uno lo que no encontré en el primero, y lo que presumiblemente, le falta a él también.
Segundas partes nunca fueron buenas y esta historia empieza a sonarme bastante.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

She's dressed to kill, the TV's on, he's connected to the sound



Sexo no es sólo acostarse con alguien. Sexo es todo lo que pasa por tu cabeza cuando le miras. Sexo son los autobuses, los hospitales. Sexo es pensar que te mueres por estar con él. Sexo es lo primero que piensas al despertarte, cada parpadeo que inviertes mirando sus fotos. Sexo es, siendo sinceros, todo aquello que te callas. La ropa puesta, quitada, las llamadas a las tantas. Eso es sexo. Sexo de lejos, de cerca, sexo de ganas. Porque sexo es tu espalda. Sexo es hacerlo con muchos y soñarlo con uno. Sexo es acostarte llorando. Es compartir cama y querer abrazarle, y que el tiempo se pare, y nunca, nadie, te diga que no es sexo. Sexo son ellos, son ellas, son los que se quieren más allá de una palabra. Sexo es darse cuenta de que lo único que tienes de mayor es saber contar sus pecas. Sexo, queridos, es todo aquello a lo que le falta tiempo y le sobra luz. Sexo, en definitiva, eres tú.

jueves, 6 de octubre de 2011

Rozo con belcro tu piel de terciopelo y todo sigue su camino hasta que lo estropeo


Sé que cuesta escribir cuando las cosas van mal, y sin embargo, es la única forma en la que lo hago para mí. No creo en las coincidencias, la verdad es que no creo en casi nada y cada vez en menos gente, pero hoy no es un día normal. Las cosas se superan cuando aprendes a reirte de ellas, sí, pero nadie ve llorar por dentro. Ya no hablo de tiempo,  puede que ni de distancia, hablo de mi, hablo de él. Hablo de que soy un cría, casi dieciocho años y lo único que puedo hacer es agarrarme a un peluche y pensar. Pensar que las cosas podrían ser diferentes, pero no lo son. Destino, putada o decisión ajena a mi, llámalo como quieras, pero ha venido para hacerme madurar por vía rápida. Claro, las cosas han cambiado, y sí, para mí también. Lo tengo asumido, muy asumido, más incluso de lo que pensaba conseguir, pero tengo sentimientos. Puede que nadie lo entienda, porque nadie lo hace, y que en todo este tiempo haya tenido que aguantar más de una cara de reproche. Falsa comprensión, no cuela. Me alegro de que seais felices, de que yo tenga que verlo todos los días y tragármelo. ¿La saliva se acaba? Todos tenemos un límite, lo único que nos diferencia es que vosotras teneis alguien con quien compartirlo y yo tengo la sonrisa. Las ganas de decir que no quiero, pero que puedo. Que lo más fácil para no hacerse daño no es levantarse, es quedarse en el suelo, porque si lo miras con perspectiva, hay poca gente que pueda caer más bajo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Art never comes from happiness


Podría apostar a que ninguno de vosotros me habeis echado de menos. Supongo que queda poco de la chica que empezó este blog. La niña del iPod azul que peleaba consigo misma en un intento desesperado por crecer sin tener que quitar los peluches de su cama. Ni tan niña ni tan azul, lo poco que queda de ella sigue aquí.
Después de un par de meses todo vuelve, no sé si a la normalidad pero a algo parecido a la rutina. No puedo compensar tanto tiempo de ausencia porque tampoco tengo una razón para ello, asi que me limitaré a decir que estoy viva. Respiro, me alimento, me relaciono y me repoduz..DIN DIN DIN, PROBLEM. El documento que usted busca no se encuentra disponible, para más información siempre le quedarán las películas de final dulce. Sí, esas que todos vemos esperando que al final se casen.
Este verano he dejado de creer en muchas cosas. En buenas, malas o poliédricas decisiones. Tome lo que tome, va a llevar hielo.
Sé que dejé de escribir pero he vuelto. Y esta vez vuelvo para quedarme. Ahora escribo para mí.

lunes, 18 de julio de 2011

I said 'Nothing is gonna be alright, but thank you anyway'


Lágrimas de cristal buscan nueva casa. Cansadas de recorrer mejillas surcadas.
Demasiadas emociones en un tiempo relativamente corto. Heridas de guerra, un órgano menos y la obligación moral de tener nietos para no privar al mundo de tu historia. Me gustan mis grapas, las once, que acabaran presumiblemente en forma de cicatrices. En plural, y para más inri, a lo largo de mi tripa. Lo sé, todos estais pensando "Sara, qué guay eres, con diecisiete años y una operación de yaya" Siempre he sido muy madura para mi edad.
Supongo que os debo una explicación equiparable a mi mes de ausencia, pues bien, aquí va. Chica sobrevive a exámenes finales. Chica aprueba primero de bachiller con una nota media suficiente como para compensar las miradas de odio de los cosmopolitas universitarios encerrados en bibliotecas. Chica, más concretamente yo, hace sus maletas y se va. Lejos, muy lejos, no tanto como para perder la cobertura pero si lo suficiente como para no volver con cosas de más. Chica quiere chico, chico quiere chica, chico y chica viven felices una semana. Chica vuelve a su ciudad, chico olvida chica, chica lo escribe todo en su blog. Como viaje diré que resultó muy rentable. Más morena, más delgada y considerablemente realizada. Qué bien sienta el campo y más en buena compañía.
Espero que no os hayais olvidado de mi. Vuelvo con ganas, vuelvo soltera y en próximos capítulos discutiremos lo de si vuelvo entera.

domingo, 12 de junio de 2011

No es pereza, es saber que saldrá mal con certeza

Supongo que os extrañaría ver a una persona insegura siendo cruel. Parece que la tendencia a etiquetar a la gente se expande rápido, exactamente durante los cinco segundos que tardas en decidir en qué grupo meter a cada quién. Los que van a sufrir y los que por el contrario, van a ser recibidos con las piernas abiertas. Por eso todos aprendemos a ser algo, con mucha suerte y en pocos casos, a ser alguien. Las zorra entre las zorras, las de la camiseta verde o ellas. Muchas veces me pregunto si os creeis que estar gorda conlleva la inmunidad. Que las risas, las miradas y los insultos van a llegar, chocar y rebotar entre la grasa, perderse en ella y no volver a salir. Sonreir, girarte y pensar en las múltiples formas en las que nuestra redonda anatomía podría acabar con tu cara de gilipollas. Pues bien, así creasteis la inseguridad. Controlar hasta la forma de caminar y asumir que las risas no son contigo. Que vas a pasarlo mal y que si te haces daño en gran parte va a ser tu culpa. Tu culpa por mirarte al espejo y ver lo que ves, por no cambiar nada y por permitir que te influya. Bien, somos así. Soy así. Ni la primera ni la última que se da asco, aunque igual de las pocas que aprendió a convertirlo en crueldad. Esa que te permite reirte de ti misma, la que te deja hundirte cuando quieres. Pero sobre todo, la que te enseñó que si las palabras hacían daño tu podías llegar a ser muy mala. Y desde entonces lo soy.

viernes, 13 de mayo de 2011

Life has a funny, funny way of helping you out


Me lloran los ojos, alergia.
Hace un par de semanas descubrí que soy intolerante, así a ojo alzado,a la gran y casi absoluta mayoría de cosas que le apetecería comer a una persona normal. Eso sí, de verdura me puedo poner hasta arriba. Y de no ser porque ya lo hago con los permanentes, me colocaría con espinacas.
Poco más de un mes de clase y poco menos de tres semanas de exámenes.
"Aquí, en España, todos compartimos cama" Las ideas macabras acerca de mi americano rondan cabezas ajenas a la mia. Typical spanish.
Y yo, me debato entre derivadas, química y galletitas de centeno.
Supongo que el problema no eres tú, y en este caso tampoco tuyo. Después de meses, de "Mamá, o nos vamos de vacaciones o me pillo un bus y me voy yo sola, te recuerdo que en medio año cumplo los dieciocho, y entonces no podrás decirme nada" y de "¿Pero y si vas y no te quiere ver?" he conseguido lo que yo quería. Viaje financiado, cortesía de mis padres. ¿Y?Puede que cuatro, cinco, igual con suerte la semana. Días de hotel, días de todo lo que he soñado, imaginado y si me apuras, suplicado. Supongo que sí, que quiero verte, que me muero por verte, acabar de una vez lo que dejamos a medias, y como no, de volver a Zaragoza con la certeza de que todo depende de mi. Puede que eso último sea lo que más me apetece. Darme cuenta, otra vez, de que los papeles están claros. Tú hundes las cosas, yo las saco a flote. Ni estamos, ni somos, ni tenemos nada. Una bonita amistad, de las de toda la vida. "Chica quiere chico, chico quiere tir..realizar el acto coital con chica" Y sí, voy a ir. Voy a ir, te voy a ver, y te voy a querer por los siete meses anteriores. Voy a ir, y no sólo por ti. Por ella, por mi petarda, mi asturiana.
La distancia jode las relaciones sí, pero no las de amistad.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Poliédricamente en huelga


"Houston, Houston, tenemos un problema"
Y bien, el problema soy yo. Mis ganas se han ido debilitando progresivamente hasta tal punto que me dedico a vagar por la casa cual alma en pena. Me cuesta reconocer que no lo he superado. Bueno, me cuestan muchas cosas, pero a efectos prácticos, es la más relevante. Pensar que a falta de cuarenta y ocho horas está ese número, ahí, quieto, esperando que alguien le sonroje con una proposición obscena, o en mi caso, esperando que me de cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Cinco meses, así, por las buenas. Cinco meses que empezaron con un "Oh, podemos con esto, te quiero mi vida (y como nota informativa, a ti y a los 600 km que nos separan)" y de los que a día de hoy sólo quedan cenizas. De las que nunca queman,sí, pero de las que tampoco dejan que se apague la hoguera. Supongo que esto es un intento de simil entre unos palos ardiendo y lo que algun día llame mio, asi que, ¿Soplo?
Me fastidia, no, muchísimo mejor, me revienta, me exaspera, me pone farolillos dónde no debería si me apuras, el hecho de que en ciento cincuenta días (que así a la alza vienen siendo, chán chán, cinco meses) no haya oido la musiquita satánica de mi despertador sin pensar en ti. Sin pensar en tus perdidas, en tus sms y en la forma en la que te estrujaría, achucharía y haría el amor cada seis de la mañana de mi lozana juventud.
Sin pensar, por ello, en lo irónico que resultan esas hipótesis cuando la única motivación que encuentras para levantarte es tener que verle la cara a una panda de hipócritas. ¿Cómo va tu relación a distancia? Espera. ¿Relación? ¿Distancia? Por favor, elige una y formula tu petición.
Y sobre todo, pensar que como poco me quedan otros dos meses para verte. Eso sí, después de un viajecito de ocho horas. Soy tan fan de todo.

domingo, 24 de abril de 2011

DC-9V

"Alguien ha tocado su fibra sensible, por favor, reinicie el sistema. Cuente hasta trescientos cinquenta y cuatro lento, muy lento. Inspire, espire. Mantenga la calma, estamos aquí para ayudarle. Recuerde, todo está en su cabeza; nadie puede hacerle daño si usted no lo permite. Los seres inanimados, las zorras y demás gente que le intenta juzgar serán eliminados por nuestros servicios. Queremos ayudarle, las veinticuatro horas"
Me pregunto quién tiene qué aceptarme. Quién se supone que es el elegido para decidir lo que yo tengo que ser, cómo me tengo que vestir o la música que debería escuchar para poder entrar a ciertos bares. ¿Tú? ¿Una nube de algodón rosa con gafas sin cristales, que por cincuenta pesetas, me pregunte nombres de grupos que griten? Pues me parece que no. Me parece que me dan absolutamente igual los criterios que se supone que debería seguir para ser tan chachi como todos vosotros. Me dan igual las reglas no escritas que tendría que acatar para considerarme superior, toda la mierda que tendría que soportar para ser, o mejor, para no ser lo que se supone que soy. ¿Y? ¿Nos estamos volviendo locos? Porque creo que me perdí el día en el que se decidió que para ser alguien tenías que ser una única cosa. Escuchar un sólo tipo de música, vestir de una sola forma, y encima, para que suene bonito, relacionarte única y excluvisamente con gente que comparta tus gustos. Elegir con qué cantantes meterte y a cuales seguir, conocer y admirar en cantidades industriales. (En cualquier otro caso acoso, en este ser super fan) Porque si tuviera que elegir una sola cosa, te aseguro que sería oxígeno, y no una bonita etiqueta que me identifique.
Si visto de ancho o de negro soy una oscura. Si me pongo algo ajustado soy una zorra (aparte de una niña naranja. De esas que cuesta menos saltarla que rodearla). Si escucho música en español una wanna be choni, y si es en inglés la que pasa de su idioma. Bien, a partir de ahora escucharé música en alemán.
Porque sinceramente, si todo lo que tengo que sacrificar para ser alguien va desde no poder escuchar una sevillana a tener que entender gritos descomunales, prefiero no ser nadie, o por lo menos, nadie a quien vayais a entender nunca.

viernes, 8 de abril de 2011

Cause I don't think that they'd understand

No sé en qué momento perdimos el rumbo. Cuándo se decidió que éramos muy mayores para repartir caramelos en los cumpleaños, pero lo suficiente como para acostarnos con alguien. Pasar de los patines a los tacones; sonrisita, buena cara y si te duele te aguantas. ¿Quién dijo que fuera fácil estar guapa? Dividir tu vida en dos, lo que dicen y el qué dirán.
"Pero mira, si tiene un chupa-chups" ¿Les has dicho alguna vez a tus papis por qué no tienes hambre por las noches? Tranqui, que yo no voy a contarles lo que comes.
A quién se le ocurrió decir que mentir esta mal, si cuando yo le digo a mi prima que su montón de arena es el castillo más bonito del parque se le ilumina la mirada. Creo que me perdí el momento en el que elegimos las tallas aptas.
Me acompleja cómo soy pero no hago nada por cambiarlo. Hoy me quiero, hoy me gusto, voy a ser la chica gorda con el espíritu delgado más grande jamás visto. Eh, pero no durará mucho.
Estoy harta de caprichos, de "mi vida te amo, ya quince días y cómo el primero". Es verdad, os falta vida, os falta garra. Sentir que se te van la ganas.
Respirar por momentos, con la angustia en la boca y pensar que lo primero es él. Todo él. Sólo él. Decidir si llamarme o no llamarle. Coger el móvil, dejar el móvil. Tu él ahora es un ese. Ese al que necesitas, al que igual echas de menos. Pero sobre todo, ese al que vas a olvidar. Cursos prácticos de cómo sobrevivir a la soledad, en cuatro sencillos pasos. Tú lo niegas, lo asumes, lo lloras y aprendes lo que no hay que volver a hacer. Eso que tarde o temprano, kilómetro más o kilómetro menos, repetirás, fiel a tus principios, sin plantearte ni un segundo la más que probable posibilidad de que vuelva a salir mal.
Será por reyes muertos o puestos, clavos metidos o sacados, peces en el mar o botellines de agua.
Chicos hay muchos, ya lo sé, pero de momento no hay él ni candidato para serlo.
No me comais la cabeza, no soy borde, sólo intento explicaros lo que ninguna de vosotras tiene cojones de soportar.

domingo, 3 de abril de 2011

Excesos de domingo por la mañana

Casi un mes desaparecida.
Me debato entre la fina linea que separa la siesta eterna, la resaca y los exámenes propios de primero de  bachiller. Llevo tiempo sin escribir, al menos no en el blog. Supongo que necesitaba un tiempo para pensar que hacer con mi vida. Finalmente, y tras largas deliberaciones, me he dado cuenta de que no tengo ni puta idea. Me falta algo, más bien alguien.
Por tanto, y antes de irme a agonizar en el sofá mientras aprovecho mis últimas horas no filosóficas, un consejo. Chicos, amigos, vosotros. Esos que os creeis con arte y gracia para hacer, deshacer y volver a intentar cosas que no teneis claras. No calenteis si no vais a cocinar.
Dicho eso, agradeceros a todos los comentarios, a los que seguis aguantando las tonterias que salen de esta diecisieteañera y a los que estais empezando a hacerlo. Prometo un tour por todos vuestros blogs, proxímamente, en las mejores tiendas.

jueves, 10 de marzo de 2011

Why didn't she tell me?

Pertenezco a una de las típicas familias tarta. Esas en las que ya sea navidad o cumpleaños, ¿Qué hay de postre? Tarta. Catorce platos, trece cucharillas y la esperanza de que no sea la de siempre. Tarta de chocolate, con tres capas de chocolate, adornitos de chocolate y por si a alguien pudiera quedarle la mínima duda "Felicidades"; en chocolate también. Y tú rezas, por favor que no sea de trufa. Trufa. Una enorme y uniforme capa de trufa que acaba de hundir tus pobres espectativas.
No es que a mí no me guste el chocolate, que me encanta, es solo que el chocolate-tarta tiene trampa. Como cuando vas al McDonals, nunca sabes lo que te puedes encontrar hasta el día en el que una mano sale de la caja de Happy Meal y te arrastra con ella,o como las visitas esporádicas a la peluqueria "Sólo las puntas" que eso dicen todos los tíos y flipas con la de ejércitos de niños asesinos que podríamos montar con "Sólo las puntas". Porque tú vas con miedo, vas coaccionado. "Al que le toque la sorpresa paga el roscón" Y joder, a ver quien se arriesga a elegir trozo. Por eso, yo soy la oveja negra de mi familia tarta. Esa que sonrie, coge un plato, pero...no,esque no tengo hambre. La que cuando los ojos curiosos se pierden en las camisas de cuadros, que siempre, sea para lo que sea, y sean cuantas sean pues solo hay que cambiar el color y poner cara de "Oh, mira que original soy, tres regalos del Corte Inglés, ¡Pero no son iguales!", se acerca al plato de su padre y en un intercambio de contrabando se queda con las bolitas de anis, que en definitiva y si lo miramos objetivamente, es lo más sustancioso de una tarta.
Así que por favor, seamos originales ¿Qué es esta discriminación contra las tartas de queso?

domingo, 6 de marzo de 2011

Hoy desperté, te busqué, me hizo falta estar contigo

Bien, supongo que tenían razón. Que he de darles la razón y decirles que no he podido con esto. Que seiscientos kilómetros son muchos más de los que pueda salvar con conversaciones por el chat, y que otra vez, igual que hace dos años, vuelven a ganar las imposibilidades.
Puede que esto fuera una batalla perdida desde el momento en el que me fui de allí y una forma de decir que me gusta complicarme la vida, que me gusta estar a tu lado aunque los dos sepamos que esto no va a ningun sitio. Que esa tarde habría cogido tu oxígeno, lo habría metido a un tarro, ese tarro a otro más grande, yo a otro tarro, el tarro pequeño metido en otro dentro del mio y todo ello a un cuarto hipermega tarro. Después, una burbuja aislante, a base de tarros.
Se que todo esto era predecible, que sabía que iba a pasar e incluso puedo admitir que el último mes fue un aviso con luces de neón, cartelitos brillantes y bengalas, un intento de acostumbrarme a estar sin  tí. Pero no quería. No quiero un mundo en el que las cosas las jode la distancia. No quiero darme cuenta de que tengo un amigo, porque aunque nunca hayamos sido más que eso, no quiero. No quiero, ¿vale? No quiero volver a pasarme día sí y día también llorando, porque no estoy preparada. Porque me sale la cobardía por cada poro, porque tengo miedo. Una vez más es él quien gana y no yo. Me parece que eso de que las Saras siempre ganan empieza a agotarse, nada dura para siempre, supongo.

viernes, 4 de marzo de 2011

You hate the way your life turned out to be

Vaya, cuanto tiempo. ¿Cómo te va la vida?
La verdad es que no sé por donde empezar. Mis esfuerzos por no hundirme se mezclan con horas delante de un libro y un flexo negro. No me gusta trabajar bajo presión, me da igual que se rinda más, que las cosas salgan bien o que pueda reventar contadores poniéndome las pilas. Me da igual, porque todo tiene un límite. Sí, claro que puedo acostumbrarme a estar de exámenes. Son dos semanas, te dejas la piel, el alma y la vida social en estudiar, pero se acaban. Lo que no puedo hacer es pasarme esas dos semanas y otras tantas no declaradas evitando canciones, mensajes o incluso escuchar música en el móvil porque apareces con tu "Sarita, felicidades, diecisiete ya eh..." Sí, adoro esa grabación. Nadie, nunca, jamás, ni aquí ni en mis sueños me había podido hacer tan feliz con veintisiete segundos. Que sí, que soy tonta. Muy tonta. Tontísima. De esto de estar toda la vida matando tontas y que aun queden. Pues de esas. Pero no puedo dejarle. O dejar lo que tengamos. O la solución entre las soluciones, dejar de hablarle.
Y sí, se que la culpa la tengo yo, pero no de la situacion, de permitir que me afecte. De llorar lo que no está escrito, levantarme por la mañana, maquillaje y una sonrisa. De tortura continua con canciones de esas que dices joder guapo estabas inspirado el día que la hiciste, ya podrías haberte tocado un rato y no andar por ahí apuñalando gente. Pero soy así. No puedo acostumbrarme a que me quieras y luego dejes de hacerlo. Porque igual aparte de tonta soy masoca, pero las cosas se hacen como con las tiritas, o las quitas rápido o duelen más. Y esto está doliendo, hazme caso, incluso más de lo necesario.

viernes, 18 de febrero de 2011

Number eight

¿Sabes? Hoy no ha sido un buen día.
"Tenemos tú y yo algo pendiente, tú me debes algo y lo sabes, conmigo ella se pierde, no le rinde cuentas a nadie" Queridas matemáticas, dejad de joderme la vida. Yo no tengo nada contra vosotras. Un sábado, tres cubatas, un chico. ¿Veis? Sé contar. Tengo dos ojos, dos manos y una mala hostia del quince. Pero no de estas de "Pues parece que me estás tocando los huevos guapo", no, de las de "Mira guapo, lo tuyo en mi pueblo tiene nombre. No voy a dártelo porque señoritas como yo no han de decir ese tipo de obscenidades en público, por tanto, ca-(brón)-riño, solo avisarte de que este es el último viernes que te espero despierta. Me da igual que la culpa sea de tus amiguitos, de los campos magnéticos, la carga de los cuerpos o del puto satélite que mañana durante cuarenta y cuatro espléndidos segundos se verá en esta, mi maravillosa ciudad. Dicho eso, y como consejo, no intentes pasar por la Puerta del Carmen, que lo veo jodido. Atentamente, tu pequeña Sara"

viernes, 11 de febrero de 2011

That's why I love you

Creeme, llevo días pensando en ti. En la forma tan estúpida en la que te conocí, en la de veces que afirmé que no me iba a pillar, en la de tonterías que escribí solo para que me siguieras el rollo y sentirme especial. Me acuerdo de lo primero que me dijiste, "¿Eres tú la famosa Sara? -Bueno, famosa no, pero sí, soy yo". De la forma tan irónica en la que te reiste de que en mi perfil de tuenti pusiera buscando chico, "Yo puedo ser ese chico", jodido capullo. Todos y cada uno de los sms que me mandaste cuando me fui al pueblo, aquellos en los que me llamabas pecosa y empezabas a decirme que me echabas de menos. Esos y los que tengo en el móvil. Las perdidas de los sábados. Hazme caso, nunca le quité el sonido al móvil aun sabiendo que ibas a llamar. Me despertabas y al día siguiente siempre te reías cuando yo me quejaba por haberlo hecho. Adoraba que lo hicieras, y que me despertaras también. Cuando me llamabas caballerita, te odiaba, y lo arreglabas diciéndome que te encantaba. He pasado días buenos, días que no cambiaria por nada, incluso días en los que no dormiría solo por no dejar de pensar en ello. Pues bien, el día que nos conocimos fue uno de ellos. Cuando te vi allí de pie esperándome pensé que se me paraba el corazón, que aquella plaza se había cerrado, la habían llenado de plantas y empezaban a quedarse con parte de mi oxígeno. Sí, sin duda una de las mejores tardes de mi vida. Igual que mi regalo de cumpleaños, indirectamente, me has dado los veintisiete segundos más románticos, pastelosos y cargados de felicidad que en mis diecisiete años nadie haya conseguido. Porque puestos a conseguir cosas has conseguido que confie en tí, que vuelva a tener algo que un día me quitaron. La espinita que se me quedó con la distancia. El quise, pude, pero una zorra se metió en medio y lo jodió. Todo eso se me olvidó el día que te vi y te besé por todas las veces que alguien había cuestionado la imposibilidad de esto. Porque no es imposible, porque yo creo en ello, y sobre todo, porque creo que aunque las cosas se gasten, se cansen o se acaben, siempre queda algo por lo que seguir ahí.
La última vez que dije que con una posibilidad, una sola posibilidad entre un millón valía la pena intentarlo, me planté allí. Esto no se acaba aquí, porque no, porque a mi no me da la gana, porque te quiero y que coño, porque me lo merezco.

domingo, 6 de febrero de 2011

Ese puto único motivo de seguir vivo, y a la mierda con la autodestrucción

Me estaba convenciendo a mi misma para no escribir. He sacado los apuntes, el estuche, la calculadora y todas esas tontadicas inservibles que te llenan el escritorio, por eso de que no quede hueco pero parezcas una intelectual en una crisis de ansiedad, con sus papeles por el suelo si me apuras. Me estaba convenciendo a mi misma de estudiar. Tengo exámenes, exámenes, y por si se me olvidaba, algun que otro examen, así, por hacer relleno. Me estaba convenciendo a mi misma de que no puedo tirarme la tarde de antes de un examen mirando al techo, con el libro en las rodillas y rezando para que el tiempo pase más rápido. También me estaba convenciendo a mi misma de que no siempre voy a tener la suerte de que después de una tarde así, me toque un examen de test y por obra divina, lo clave.
Y supongo que sí, que me estaba convenciendo a mi misma para no sacar la histérica que llevo dentro. Para evitar los pinchazos que me dan en la tripa cuando pienso en lo que está pasando. Si algo puede salir mal, saldrá mal. O en todo caso, si algo puede salir mal, Sara-y-sus-superpoderes-os-mataran-a-todos! Vale no, saldrá mal. Pero yo me empeño en sacar explicaciones coherentes a paranoias. Encima se las pido a ella, como si fuera la bruja Morgana, "Din din din, 902, atendemos sus consultas las 29 horas del día", y os aseguro que ya lo dijeron los mayas, que a esta muchacha le tocó ración doble de paciencia.
Pero sigo sin poder estar tranquila. No se me va el nudo de la garganta, ni el dolor de tripa. No consigo coger el móvil, escuchar la pista 001 y no ponerme a llorar como una gilipollas. Ya se que tendría que relajarme y darle tiempo al tiempo, pero soy igual de impaciente que de estúpida; cantidades industriales para ambas. Sobre todo, cuando la decisión no depende de mí. Cuando se que me quieres pero no puedo hacer nada para que lo tengas claro, sentarme en la cama y esperar. Solo necesitas un empujoncito, como con la bici, quitarte los ruedines y darle a los pedales. Puedes, podemos.

jueves, 3 de febrero de 2011

Otra vez vuelves a aparecer, con tu carita de bueno, me haces enloquecer

Jabones que huelen a cosas comestibles pero cuando los pruebas te das cuenta de por qué son solo jabones y no una tableta de chocolate.
"Exfoliante de ducha asombrosamente refrescante. Enjanbona y exfolia todo el cuerpo (y el pelo si tienes prisa)" Pues menos mal que me lo dices, a punto estuve de usarlo en la bañera. Hecatombe. Mi madre compra jabones raros. Gracias mami, ahora hacen juego conmigo.
Extraña y anaranjadamente vuelvo a ser yo. Me canso de paranoias, que infundadas o no, no hacen más que dar por sitios pecaminosos, así, finamente dicho.
No has cambiado tú, ni te he hecho cambiar yo. ¿Pero sabes una cosa? Nunca dejaré de luchar por lo que quiero, y si tengo que llevarme por delante paquetes de chicles, disgustos o prostiguarras que van de soysupermayorporponermedieciochocentimetrosdetacón, lo haré. Llámalo orgullo, dignidad, o simplemente que las Saras siempre ganan, y hoy, no va a ser menos.

martes, 1 de febrero de 2011

Love it, live it, leave it and get into it

Me conecto, no estás. Me meto a tu perfil, tontería, no estás. Pongo la música, vuelvo a mirar tu perfil, tonteria una vez más, sigues sin estar. Paso, quizás no, pero digo que lo hago y el primer paso es admitirlo. Te conectas. Dudo entre hablarte y no hablarte, lo hago no lo hago.
La gente te pregunta cómo es tener una relación a distancia, cúantos días llevas sin verle o simplemente de dónde eres. Entonces dudas. Genialdeputisimaohsuperchachinoveascomolequiero, nah solo dos meses pero se me han pasado volando, además, seiscientos kilómetros son solo un puñado. Y te decantas por la versión de siempre. No sé, raro-dos meses-asturias. Es cómo rellenar una encuesta. ¿Pero os liais con otros? ¿Cuántos años tiene? ¿Le quieres? Lo siento, se me han acabado los formularios acerca de su grupo sanguineo y el apellido de soltera de su abuela, otra vez será.
Pero lo mejor de todo es que en dos meses no he pensado ni una vez en acabar con esto. Las respuestas estaban claras. No, o bueno, al menos yo no, dieciocho, sí, y mucho.
Y de repente necesitas tiempo. ¿Un tiempo para qué? ¿Por qué? ¿Te paso un formulario y me lo devuelves con las razones? Pero lo mejor de todo es que no soy yo, eres tú. Acabáramos. ¿Entonces qué hago, lo relleno yo?
Estamos conectados, ambos. Supongo que sólo yo soy consciente de que lo estamos, porque casualmente, debo de ser la única consciente de lo que somos. Youtube toca los cojones de fondo, agradezco que cortes todas mis canciones, siempre quise tener el Dj Hero en casa. ¿Y yo? Yo actuo como una gilipollas enamorada, como los ponys rosas, los amaneceres púrpura y como la puta casa de la pradera si me apuras. Hago mi vida, como si no estuvieras, porque simplemente, no estás.
Lo mejor de todo es que no estoy hablando de distancia, ahora no.

domingo, 23 de enero de 2011

In your eyes, I lost my place

Dudo sobre qué escribir. Realmente dudo sobre muchas cosas, y aunque no es una de las más importantes, es una de ellas.
Siempre he pensado que soy una persona de extremos; o estoy bien, o estoy mal. Supongo que no mola eso de quedarse a medias. Por eso odio no saber cómo sentirme. Sí, ya me se eso de "Déjate querer y disfruta del presente", pero posiblemente no sea lo suficiente madura como para ello, o si lo soy, toda mi madurez se ha orientado hacia aspectos mas tribiales. ¿Chicle de menta o de fresa?
Llevo semanas de llorar día sí y día también. LLevo semanas de tener todo lo que siempre he querido tener.
Es una sensación jodidamente frustrante; es digievolucionar a tu pokemon, perder tus tico-taco en una batalla a todo o a nada antes de comer, morirte de calor en pleno invierno. Estoy enamorada del chico más adorable del planeta tierra y afueras. Y sí, por primera vez en mi vida, él lo está de mí. Hasta ahí todo guay. Bueno no, hasta ahí todo que-de-putísima-madre-oh-tia-que-super-genial-me-quiero-morir.
Y vale, debería conformarme, y lo hago, de verdad que sí, pero le echo de menos. No sabeis lo que duelen esas cuatro palabras, y a riesgo de ponerme melodramática y convertir esto en el mundo de caramelo y a mi pequeño ser en la reina de piruletas, paso veintitres horas al día pensando que nadie me entiende. La que sobra la dedico a escribir sobre ello.

miércoles, 12 de enero de 2011

I'll see my name in shining lights

Soy una chica. Y os direis, muy bien Sara, ya era hora de que te dieras cuenta. Pero no. Yo soy una chica, pero una chica de las raras. Una de las que contesta al timbre con un ¿Quién es? aun sabiendo de sobra que no es un psicopata. Y hablando de ellos, soy una alarma. "Din din din, psicopatas, asesinos y demás perturbados de todo tipo, si oigo un ruido voy a pensar que sois uno de vosotros, entonces procederé a agarrar el primer objeto contundente que pille. Como no quiero abriros la cabeza con el secador agradecería que me avisarais. Un toque, acabo de entrar. Dos, estoy por el pasillo. Tres, ¡Mierda, ¿dónde cojones te has escondido Sara?!"
Soy una de esas chicas con vértigo, que no miedo a las alturas, que nunca se resginará a quedarse en tierra. La que se cae, se levanta, pone cara y dice ¿Me he despeinado?. Una de esas que no callan porque saben que el silencio es su mejor arma. Una especie de titanic, en formato 1.60 y con dos muelles en el fondo. Húndeme, pero como todos, acabarás llorando conmigo.
Tengo miedo a perderme en un supermercado, a pasarlo mal y desde que vi el coloso, a los incendios y los ascensores. A quemarme, ahogarme o morirme de un disgusto a base de chocolate y películas de amor.
Más de trescientos mil óvulos, casi cinco millones de glóbulos rojos y diecisiete años. ¿Os dais cuenta de la mierda que son 600 kilómetros al lado de eso? Te quiero.

martes, 4 de enero de 2011

Sarita, ¿17 ya eh?

Antes que nada, ¡feliz año corazones!
Se que llevo días sin escribir, parece que cuando las cosas van bien la inspiración se esconde, y no hay manera, os lo aseguro. Ayer fue mi cumpleaños, con 17 y a un añito de la mayoría de edad tuve uno de los mejores regalos que me podían haber hecho.
-¿Tiene que ver con él? ¿Verdad que sí? ¿A que sí? ¡Vaaaaa, dime que si!
+No.
Y resultó que tenía yo razón. Enserio, mi cara de Ohdiosmioquefuertequefuertequesupermegahiperfuertemeparecequesehayagrabadofelicitandomedameairequememuero!
fue de lo mejorcito, gracias, de verdad.
Asi que nada, de momento no tengo mucho que contaros, solo que echo de menos vuestros comentarios, ¡volved porfavor! y que prometo pasarme más por aquí.

Eres lo mejor que me ha podido pasar este 2010, te quiero mi vida.