You're falling, you're screaming, you're stuck in the same old nightmare.
He's lying, you're crying. There's nothing left to salvage.



viernes, 11 de febrero de 2011

That's why I love you

Creeme, llevo días pensando en ti. En la forma tan estúpida en la que te conocí, en la de veces que afirmé que no me iba a pillar, en la de tonterías que escribí solo para que me siguieras el rollo y sentirme especial. Me acuerdo de lo primero que me dijiste, "¿Eres tú la famosa Sara? -Bueno, famosa no, pero sí, soy yo". De la forma tan irónica en la que te reiste de que en mi perfil de tuenti pusiera buscando chico, "Yo puedo ser ese chico", jodido capullo. Todos y cada uno de los sms que me mandaste cuando me fui al pueblo, aquellos en los que me llamabas pecosa y empezabas a decirme que me echabas de menos. Esos y los que tengo en el móvil. Las perdidas de los sábados. Hazme caso, nunca le quité el sonido al móvil aun sabiendo que ibas a llamar. Me despertabas y al día siguiente siempre te reías cuando yo me quejaba por haberlo hecho. Adoraba que lo hicieras, y que me despertaras también. Cuando me llamabas caballerita, te odiaba, y lo arreglabas diciéndome que te encantaba. He pasado días buenos, días que no cambiaria por nada, incluso días en los que no dormiría solo por no dejar de pensar en ello. Pues bien, el día que nos conocimos fue uno de ellos. Cuando te vi allí de pie esperándome pensé que se me paraba el corazón, que aquella plaza se había cerrado, la habían llenado de plantas y empezaban a quedarse con parte de mi oxígeno. Sí, sin duda una de las mejores tardes de mi vida. Igual que mi regalo de cumpleaños, indirectamente, me has dado los veintisiete segundos más románticos, pastelosos y cargados de felicidad que en mis diecisiete años nadie haya conseguido. Porque puestos a conseguir cosas has conseguido que confie en tí, que vuelva a tener algo que un día me quitaron. La espinita que se me quedó con la distancia. El quise, pude, pero una zorra se metió en medio y lo jodió. Todo eso se me olvidó el día que te vi y te besé por todas las veces que alguien había cuestionado la imposibilidad de esto. Porque no es imposible, porque yo creo en ello, y sobre todo, porque creo que aunque las cosas se gasten, se cansen o se acaben, siempre queda algo por lo que seguir ahí.
La última vez que dije que con una posibilidad, una sola posibilidad entre un millón valía la pena intentarlo, me planté allí. Esto no se acaba aquí, porque no, porque a mi no me da la gana, porque te quiero y que coño, porque me lo merezco.

3 comentarios:

  1. Jodida Sara...has echo que los pelos se me pongan de punta, que puta razón tienes.Aunque algo se acabe o se desgaste, siempre hay algo que te hace seguir allí.

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  2. Me encanta tu blog, ayer estube horas y horas leyendolo :)

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