Las últimas treinta y seis horas de aburrimiento interrumpido me han llevado a varias conclusiones, inservibles, pero conclusiones de todos modos. Entre ellas, que no cabe la posibilidad de que una tormenta haya dejado sin cobertura a toda una ciudad durante todo un fin de semana.
Por eso, creo que ahora solo necesito una cosa, que sea día ocho, y si me apuras me conformo con que llegue el viernes, supongo que me alegro por tí.
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